Teresa Carreño
María Teresa Gertrudis de Jesús Carreño García (Caracas; 22 de diciembre de 1853 - Nueva York; 12 de junio de 1917)
fue una pianista, cantante y compositora venezolana. Ha sido denominada por muchos
expertos como la pianista más prolífica de América Latina durante los siglos XIX y XX, y una de las pianistas y compositoras más
importantes del mundo considerando lo inusual de que una mujer de su época se
dedicara a esa profesión.
Biografía
Primeros años
Teresa
Carreño fue bautizada como María Teresa Gertrudis de Jesús por sus
padres, Manuel Antonio Carreño, sobrino de Simón Rodríguez, y Clorinda
García de Sena y Rodríguez del Toro, prima de María Teresa Rodríguez del Toro y
Alaiza, esposa del Libertador Simón Bolívar, en cuyo honor recibió su nombre.
Teresa Carreño comenzó sus estudios musicales desde muy temprana edad, al lado
de su padre. De hecho, a los cinco años practicaba usando más de 500 ejercicios
compuestos por su padre y que se paseaban por las dificultades rítmicas y
técnicas más importantes. Estos estudios los continuó con el pianista Jules Hohené, Georges Mathias y más
tarde, al trasladarse a Nueva York, con el estadounidense Louis Moreau Gottschalk. A los seis años
publicó su primera obra, dedicada a su maestro y titulada "Gottschalk
Waltz" ("Vals de Gottschalk"), agotada en tres ediciones
sucesivas en un sólo año.
En 1862 la
familia Carreño García debe abandonar Venezuela por
la difícil situación política y económica que atravesaba el país. El 1 de
agosto de 1862, la familia parte a Nueva York dejando
a la hija mayor, Emilia Carreño Sena, por entonces de 15 años de edad, para
contraer nupcias. Llegaron a la ciudad estadounidense el 23 de agosto, e
inmediatamente Teresa comenzó a dar pequeños conciertos privados a amigos de la
familia, dando a conocer sus progresos con el piano y acrecentando su fama.
Inicios musicales
Teresa
Carreño realizó su primer concierto en público el 25 de
noviembre de 1862 en la sala Irving Hall de Nueva
York. La crítica fue muy favorable a la artista, hasta el punto tal que,
después de este concierto y hasta fin de año, tuvo cinco presentaciones más,
recordándose en especial su actuación exitosa en la Academia de Música de Brooklyn.
En el
otoño de 1863, ofreció un concierto privado en la Casa Blanca invitada
por el entonces presidente estadounidense Abraham
Lincoln.2
Como Carreño sabía que al Presidente Lincoln le gustaba la música compuesta por
su maestro Gottschalk, tocó varias piezas de su autoría. Como anécdota refiere
el escritor Kenneth Bernard, citando palabras escritas varios años después por
la pianista, que la niña se dio cuenta de que el piano del recinto presidencial
estaba desafinado y declaró que no tocaría más. Como respuesta, Lincoln le dio
unas palmadas en el hombro y le pidió que tocara una de sus canciones
favoritas, "The Mocking Bird" ("El
ruiseñor"). Carreño la interpretó entonces con algunas variaciones
respecto al tema original3
Teresa Carreño a los 8
años.
A los 9
años debuta como solista con la Orquesta Sinfónica de Boston y con la
Filarmónica de Londres. A los 13 años, se encuentra con su familia en París,
donde conoce a compositores famosos como Rossini, Gounod, Maurice Ravel, Claude
Debussy y Vivier. En el salón de Madame Erard tiene la
oportunidad de tocar con Franz Liszt,
quien queda asombrado con las facultades interpretativas de la niña. Desde esa
corta edad realizó giras en Cuba, presentándose en La Habana, Matanzas y Cárdenas. También se presentó en Estados Unidos
en las ciudades de Filadelfia, Miami y Baltimore,
entre otras. Con el mismo éxito, debutó en París el 3 de mayo de 1866, y a esta
actividad le siguieron varias presentaciones que le permitieron introducirse en
el medio musical de la capital francesa. En uno de estos conciertos, conoció al
destacado pianista Johannes Brahms, al compositor italiano Gioacchino Rossini y a la cantante de
ópera Adelina Patti. Estos dos últimos la motivan
para que curse estudios de canto, debutando posteriormente como mezzosoprano en
la ópera Los hugonotes, de Giacomo
Meyerbeer.
En 1866
muere su madre en una epidemia de cólera;
sin embargo, esto no la detuvo y viajó a España,
donde ofreció conciertos en diversas ciudades. Posteriormente, volvió a Estados
Unidos para continuar su gira de conciertos.
En 1873, a
los 19 años, contrae matrimonio con Emile Sauret, violinista
hábil pero persona irresponsable y débil de carácter. El 23 de marzo del año
siguiente nace producto de ese matrimonio Emilia Sauret Carreño. Teresa se ve
obligada a dejar a su hija al cuidado de la señora Bichoff, una amiga alemana,
lo que le permite iniciar su gira con su esposo. Dicha gira resultó un fracaso,
y eso, aunado a la pérdida del segundo hijo de Teresa, lleva a la disolución
del matrimonio. Por esos días también falleció su padre, Manuel Antonio
Carreño, lo que sumió a Teresa bajo una fuerte crisis económica, que no le
permitió cubrir los gastos que implicaba la crianza de su hija. Le explicó esta
situación a su "amiga" alemana Bichoff; y ésta le propuso adoptar a
la niña con la condición de que Teresa no la viese más. La pianista no tuvo
otra opción que aceptar la propuesta.
Segundas nupcias
En 1876
Teresa viaja a Boston, presentándose como cantante, y conoce al barítono italiano Giovanni Tagliapietra,
integrante de la compañía con la que estaba de gira. Se casan ese mismo año y
fundan una empresa de conciertos, la Carreño-Donaldi Operatic Gem Company. De
este matrimonio Teresa da a luz a 3 hijos: Lulú (1878), Teresita (1882) y
Giovanni (1885), a quienes Teresa dedicó buena parte de su vida y cuya crianza
alternó con sus giras y conciertos por Estados Unidos y Canadá.
Su segunda
visita a Venezuela se produce en febrero de 1887, atendiendo a requerimientos
artísticos del entonces presidente de aquel país Guzmán Blanco.
Una visita con la que, por cierto, no se obtuvieron los resultados esperados
por el público caraqueño de la época. Este segundo viaje fue enturbiado por el
rotundo fracaso de la compañía de ópera que
trajo consigo y por el comportamiento un tanto licencioso de su esposo. Dicha
compañía estaba compuesta por 49 músicos que viajaron con la artista para
interpretar una ópera italiana financiada por el Gobierno Nacional en el Teatro Guzmán Blanco. La noche de la
primera función, el director no se presentó y fue cuando Teresa, obligada por
las circunstancias, debuta como directora para no suspender la función de la
noche de estreno. Aun así, la mediocridad de la compañía y la poca popularidad
del gobierno produjeron el rechazo masivo de esta empresa. Teresa es obligada a
mantenerse en Venezuela por una decisión del Tribunal de Comercio del Distrito
Federal, consecuencia de una demanda de incumplimiento de pagos a uno de los
miembros de la compañía. Finalmente, con ayuda del presidente Guzmán Blanco,
Teresa consigue partir a Nueva York el 23 de agosto de 1887.
En ambos
viajes a Venezuela, Teresa tuvo una permanencia de cerca de un año: de modo
que, en sus 34 años de agitada vida, solo 10 transcurrieron en su país natal.
Sin embargo, conservó hasta el final de su vida su identidad venezolana.
También fue venezolana en sus costumbres y gustos domésticos, en muchos rasgos
de su temperamento y aún en ciertos toques de su inspiración como compositora,
en los que se advierten claras reminiscencias del merengue característico de su patria.
En 1889
Teresa se separa de Giovanni Tagliapietra y viaja con sus hijos a Alemania,
donde realizó diferentes conciertos y logró ganar la aprobación de tan difícil
escenario. Fue en este lugar donde se consagró como concertista de fama
internacional. En 1892 contrae matrimonio con el famoso pianista Eugen
d'Albert, de quien tiene dos hijas, Eugenia y Hertha. En 1895 se
separa de d'Albert, y en 1902 se casa con Arturo Tagliapietra, hermano de su
segundo esposo, Giovanni.
Últimos años
En 1917,
poco antes de su muerte, prepara una gira por Sudamérica y
antes de iniciar el recorrido sale para Cuba, donde, luego de un
exitoso concierto con la Filarmónica de La Habana,
sufre serios quebrantos de salud por lo que su médico le aconseja que cancele
su compromiso artístico y retorne a Nueva York.
Allí le diagnostican parálisis parcial del nervio óptico,
que amenaza con extenderse al cerebro. Le prescriben un reposo absoluto y una
dieta. Pero a pesar de haber tomado las precauciones pertinentes, Teresa
Carreño fallece el 12 de junio de 1917 en su
apartamento de la Residencia Della Robbia, en el 740 de la West End Avenue,
en Manhattan,
donde en 2003 se develó una placa conmemorativa en su nombre.
Durante el
funeral, celebrado dos días después, Louis Kaufman Anspacher,
por entonces decano de la Universidad de Columbia, pronunció un
discurso en honor a la artista. Durante el sepelio fueron interpretadas obras
de Fanny Mendelssohn tales como Mi
Dios, acércate a él, Dios secará las lágrimas de mis ojos y ¡Oh!,
descansa en Dios.
El ataúd
fue llevado en andas por sus colegas Ignacy Jan
Paderewski, Mischa Elman, Albert Spalding, Charles
Steinway, Ernest Hutcheson, Walter
Damrosch, Walter Rothwell, Josef Stránský y Franz Kneisel.4
Más tarde, sus restos fueron incinerados, de acuerdo a su última voluntad. Sus
cenizas fueron llevadas a Venezuela en 1938 y desde el 9 de diciembre de 1977
reposan en el Panteón Nacional. En su honor, el
principal complejo cultural de Caracas, inaugurado
en 1983, lleva su nombre (Teatro Teresa Carreño). Cuando sus cenizas
llegaron al puerto de La Guaira en el vapor Santa Paula el
Correo de Venezuela decidió emitir una estampilla en su honor, pasando a ser
así la primera persona de sexo femenino en tener su imagen grabada en una
estampilla venezolana.
Legado
A lo largo
de su más de medio siglo de vida artística se presentó en los mejores teatros
de ciudades como Nueva York, París, Berlín y Milán,
además de muchas otras ciudades de Europa, América, África y Australia,
realizando interpretaciones destacadas de obras de Ludwig van Beethoven, Liszt, Chopin, Schumann, Johannes
Brahms, Edvard Grieg, Antón Rubinstein, Niccolò Paganini, Carl Maria von Weber, Richard
Strauss, Piotr Ilich Chaikovski, Louis Moreau Gottschalk, Edward MacDowell, Igor
Stravinsky y Serguéi Rajmáninov, entre otros. Se puede
afirmar que Teresa Carreño desempeñó una importante labor como pianista,
cantante de ópera, empresaria artística y consejera y maestra de generaciones
de artistas de su tiempo. Teresa Carreño señalaba que la cultura general de un
artista era indispensable para la proyección específica de su arte particular.
Por ello se complacía en señalar en sus clases la importancia de la simple
observación de la naturaleza, del estudio de los seres humanos como hombres y
como creadores, del conocimiento de la arquitectura,
de la narrativa y
de la poesía.
En cuanto al piano en sí mismo, como instrumento físico de apoyo, conocía las
cualidades técnicas y sensitivas del ejecutante. En su honor, el principal
complejo cultural de Caracas, inaugurado en 1983, lleva su nombre (Teatro Teresa Carreño), así como una plaza
en el parque El Calvario, dos calles, un colegio y
una orquesta sinfónica juvenil de El Sistema.
Obra
Entre las
piezas más conocidas compuestas por la pianista, se encuentran:
Obras para piano
·
Valse
Gottschalk, Op. 1
·
Caprice-Polka,
Op. 2
·
Corbeille
des fleurs, Valse, Op. 9
·
Marcha fúnebre, Op. 11
·
La oración, Op. 12, compuesta a causa de la muerte de
su madre.
·
Polka
de Concert, Op. 13
·
Fantaisie
sur Norma, Op. 14
·
Ballade,
Op. 15
·
Plainte,
première élégie, Op. 17
·
Partie,
deuxième élégie, Op. 18
·
Élégie,
Op. 20, Plaintes au bord d'une tombe
·
Élégie,
Op. 21, Plaintes au bord d'une tombe
·
Fantaisie
sur L'Africaine, Op. 24
·
Le
Printemps, Op. 25
·
Un
Bal en Rêve, Op. 26
·
Une
Revue à Prague, Op. 27
·
Un
rêve en mer, Méditation, Op. 28
·
Six
Études de Concert, Op. 29
·
Mazurka
de salon, Op. 30
·
Scherzo-Caprice,
Op. 31
·
Deux
Esquisses Italiennes Op. 33
·
Venise,
Nr. 1
·
Florence,
Nr. 2
·
Intermezzo
Scherzoso, Op. 34
·
Le
Sommeil de l'enfant, Berceuse, Op. 35
·
Scherzino,
Op. 36
·
Highland
(Souvenir de l'Écosse), Op. 38
·
La
fausse note, Fantaisie-Valse, Op. 39
·
Staccato-Capriccietto
Op. 40
·
Marche
funèbre (1866)
·
Petite
Valse (Teresita), (1898)
·
Saludo
a Caracas (1885)
·
Vals
Gayo
Obras para coro y orquesta
·
Himno
a Bolívar (1883 o 1885)
·
Himno
a El Ilustre Americano (1886), dedicada al gobernante venezolano Antonio Guzmán
Blanco, conocido por este apodo.
Otras
·
Quartette
à cordes pour 2 violons, viole et violoncelle, en si mineur (1895)
·
Sérénade
pour cordes (1895)
·
Danza
venezolana
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